sábado, noviembre 29, 2008

NUEVAS INTERPRETACIONES DEL “TIGUERAJE” DOMINICANO

Por FAUSTINO PÉREZ


A pesar de que el dominicanismo “tigueraje” no está admitido por la Real Academia Española, no por eso deja de existir entre nosotros ese tipo de comportamiento. No está incluido en el diccionario, sencillamente porque los lingüistas dominicanos no lo han propuesto, y si hay un vocablo que exprese la idiosincrasia de un conglomerado social, es precisamente ese.
Es evidente que el término genérico “tigueraje” se deriva de “tíguere”, y este último a su vez es una corruptela de “tigre”, que sí existe, pero para referirse sobre todo al felino.
El tigueraje se ha especializado, diversificado, se ha incrementado y se ha adaptado a los nuevos tiempos, en un reciclaje permanente. En cambio, el tíguere clásico, por llamarle de alguna manera, con su peculiar forma de vestirse, de hablar, de caminar, de gesticular y de comportarse está de capa caída, o sea, en franca decadencia, ante al embate de las modas foráneas.
El tíguere nuestro evidentemente es muy diferente del muchacho dominicano, o del chaval o del gamberro españoles, o del chavo mexicano, del pibe argentino, del patojo guatemalteco, o del gamín colombiano. Este último se asemeja más al palomo nuestro.
Por ejemplo, los ritmos del reguetón, el hip hop, el rap y toda la parafernalia que los rodea han influido mucho en la metamorfosis del tíguere, tanto en la vestimenta, así como también en la forma de hablar, de gesticular y andar. A esta clase de tíguere se le conoce como “you”, o escrito también como “yow”, o “Joe”. Es decir que este es un tíguere reciclado en cuanto a la música, a la moda y a la gestualidad se refiere. Ellos tienen como ídolos y paradigmas a Daddy Yankee y a Don Omar, entre otros.
Aunque es preciso aclarar que los descendientes aquí de primeras generaciones de japoneses, de libaneses, españoles, chinos, haitianos, italianos, o de los mismos cocolos, por poner unos pocos casos, prácticamente nunca llegaron a caminar como tígueres, aunque sí alcanzan a comportarse como tales. De todas formas, en la República Dominicana coexisten los descendientes de más de 300 etnias.
El tigueraje es un mecanismo de supervivencia, una astucia conductual, una manera de sobreponerse a las adversidades de la vida, de sacar ventajas de las circunstancias y una estrategia para obtener beneficios a como dé lugar. En el tigueraje se precisa tener habilidades, viveza, y simultáneamente agudeza y/o perspicacia de ingenio. En definitiva viene a ser un estilo de vida, que no abandona a la gran mayoría aunque llegue a mejorar su estatus por medio de los estudios, o de la política, o por otros procedimientos menos ortodoxos que caen en la delincuencia. Naturalmente, que el tigueraje surge de la necesidad, por las precariedades económicas y/o por la competencia.
Al joven tíguere de clase más pudiente se le llama “jevito”, quien ha pasado por pocas penurias, pero que comoquiera tiene que competir para mantener su estatus, para conseguir trabajo, o a la hora de perseguir a las “jevas”, o bien, para lograr cualquier cosa que le interese.
Al súper tíguere se le denomina el “matatán”, que viene a ser el más hábil, el que más sabe o el que más se impone ante los demás en la competencia, incluyendo la fuerza bruta y la violencia. Equivale al “mero-mero” mexicano. El matatán viene a ser un descendiente entre nosotros del tíguere-tíguere de antaño.
En el extremo más bajo de la pirámide social se encuentra el “palomo”, que es un tíguere muy pobre, llegando a veces hasta a dar lástima. Los auténticos palomos prácticamente desaparecieron, y vivían en la calle y de la calle. Ahora el vocablo se emplea para denominar a cualquier infeliz, o buscavidas. Existen por igual “palomas”.
Hay también un tíguere especializado en el turismo que es el “sanky panky”, y surgió a partir de la década de los 80, este es el experto en las artes amatorias, y algunos llegan a ser verdaderos atletas del sexo. Normalmente acostumbran a tener un aspecto desaliñado con peinados estilo rastafaris jamaiquinos. Sus clientes-víctimas suelen ser mujeres que tienen pocas expectativas amorosas en sus países de origen por su edad o por ser poco agraciadas físicamente; o bien, las que prefieren al hombre “selvático” y “salvaje” del trópico, con un “look”primitivo, oscuro de piel, ardiente como el sol, y desenfrenado en el juego sexual. Estas féminas tienen así compañía de alguien con mucho tigueraje, que conoce el “terreno”, porque está todo el día en la playa o en la zona turística, y que les da placer sexual, además, les puede proporcionar drogas, si lo prefieren, porque tienen los contactos. Un buen porcentaje cuantificable de sankys son bisexuales. Todo sea por los beneficios obtenibles, aunque sea de una mujer desahuciada o de un gay que le gusta lo exótico. También hay mujeres que son sankys, o como mínimo prostitutas.
El tíguere también emigra, por las buenas o por las malas, o sea, legal o ilegalmente, con pasaportes falsificados, con visados falsos, en yolas, en lanchas y de otras formas. A los que se han aclimatado o han nacido en New York, y otras ciudades estadounidenses, se les llama “dominican-yorks”. En España forman pandillas que están siendo diezmadas por la estrategia policial y se les conoce como “dominican don’t play”. Las prostitutas dominicanas que salen al exterior por decenas de miles como bailarinas, o manicuristas, niñeras, cocineras, o lo que sea, son tigueronas que simulan no saber a qué van. Algunas compran boletos de avión para un país lejano que no exija visado, e intentan quedarse en el territorio donde hacen escala.
Con el incremento del tráfico y consumo de drogas, se han disparado la violencia y los atracos, y ya con frecuencia se escenifican verdaderas batallas campales en algunos barrios que prácticamente viven de los estupefacientes. Es el “tíguere-delincuente” que atraca para mantener sus vicios y/o para no trabajar y que acostumbra a vivir en esos lugares, o el “tíguere-narcotraficante” que suele defender su “territorio” a tiro limpio, a pedradas o a botellazos cuando la policía osa enfrentarlos. No quiere que nadie atente contra su medio de vida, y contra sus vicios. Este es un tigueraje resentido porque sabe que ni el establishment, ni los partidos, ni mucho menos la justicia y la policía están de su parte, o por lo menos son imparciales con ellos, y de ahí esa violencia.
Existe por igual el tigueraje de las “mulas” o “camellos” practicado mucho por mujeres, que intentan sacar del país droga por los aeropuertos tragada previamente en bolsitas plásticas, o se las introducen en el ano y/o vagina, o bien, escondida en alguna pertenencia. Otro tipo de tigueraje oportunista protege a quien envía las mulas al extranjero, porque nunca los atrapan; y todavía existe uno más, que es aquel que recicla la droga y las armas decomisadas.
El tigueraje también tiene su diminutivo en “tiguerito”, para referirse a un niño quien será un futuro joven, y lo más probable es que tenga que convertirse en algún tipo de tíguere para poder sobrevivir.
En el otro extremo están los “viejevos” porque son hombres mayores que intentan conquistar y disfrutar de los placeres de la vida, en especial de los sexuales. Con sus artes aprendidas con los años, en especial con el tigueraje, y con sus recursos disponibles acumulados, pueden competir, aunque muchas veces tengan que compartir sus conquistas. El Viagra, el Cialis y otros medicamentos, les han dado nuevos impulsos a este segmento poblacional.
El “tíguere-estudiante universitario”, en especial en la universidad estatal, cuando decide dedicarse al tigueraje estudiantil, lo primero que hace es dejar de asistir a las clases y se convierte en un militante de cualquier partido político y/o de un grupo estudiantil. Con eso puede obtener muchas ventajas, desde ocupar un pequeño espacio físico en el campus para conversar, guardar cosas, recibir visitas, almorzar, dormir siesta, etc., hasta aprobar asignaturas sin tener la más mínima idea, porque hay “profesores” que con tal de obtener los favores y los votos estudiantiles, no tienen ningún reparo en complacerlos. Hay casos en que logran viajes, becas, sueldos, entre otras ventajas, y si logran algún cargo en la federación de estudiantes y su partido está en el poder, al terminar la “carrera” pueden conseguir buenos trabajos. Los funcionarios de la misma institución no se quedan atrás, ¿por qué se han eliminado prácticamente las tesis y se promocionan los llamados “monográficos”? Ah, porque esos cursos se cobran caros y los decanos hacen lo que quieran con esos ingresos, ya que no se depositan a la caja de la universidad; o los rectores que gastan millones en viajes improductivos, cobran jugosas dietas, y disponen a su antojo de una tarjeta de crédito y de teléfono celular, y como muestra basta un botón.
Todo el mundo sabe de las “universidades” privadas que tratan a los estudiantes como si fueran clientes quienes tienen el título asegurado siempre y cuando paguen. A nadie le importa en nivel de conocimientos de ellos, pero por esos misterios del tigueraje nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato.
El “tíguere-político” suele “estudiar” derecho, y normalmente se hace un experto adulón, conocido popularmente como “limpiasaco” o “tumbapolvo”. Lo que precisa al “graduarse” es un político influyente con la autoestima baja, que necesite la lisonja descarada o disfrazada. El resto depende de sus habilidades. En el ámbito político existen otros tígueres-depredadores que son los que cobran por los “bandereos”, por su participación en las marchas, piquetes, caravanas, o que les piden dinero descaradamente a los políticos. A estos tígueres activistas se les conoce como los “pica-picas”. Los tígueres que están en los cargos o entre los aspirantes a permanecer en ellos, les prometen a los votantes toda clase de beneficios, y de posiciones, y luego al ganar, casi nunca cumplen. Si van al interior del país dan su palabra de que van a construir o a terminar muchas obras, y luego si se salen con las suyas, se olvidan de las promesas.
Los diputados tienen su propio tigueraje pero a otro nivel, aprobándose aumentos de sueldo, financiándose oeneges con los dineros del pueblo para no hacer nada por la población, cobrando jugosas dietas, obtienen pasaporte diplomático, aparte de tener despacho, secretaria, chofer, entre otras ventajas, y encima, casi no trabajan, y cuando depositan su declaración jurada de bienes, los pocos que lo hacen mienten descaradamente.
Y qué me dicen ustedes del tigueraje de las oficinas públicas, quienes les piden con toda la desfachatez del mundo dinero a los clientes para atenderlos, lo que se conoce como “payola”, e incluso, si están en un cargo alto exigen favores sexuales abiertamente, a las que quieran conseguir un empleo en esa oficina. El colmo de los colmos en el tigueraje son aquellos que cobran sin trabajar, y se les conoce como “botellas”.
Aquí coexiste hasta un tigueraje bancario, que ofrece créditos en condiciones leoninas a los clientes; o si uno no “mueve” la cuenta durante un cierto período, se la “congelan”, y no le pagan los intereses devengados.
La iglesia no se queda atrás con su tigueraje, porque obtienen toda clase de ventajas, exoneraciones, sueldos, dádivas, donaciones, etc, con los cuales aumentan su patrimonio, y si le retiran esos privilegios ataca sin piedad cristiana al gobierno de turno. Las Fuerzas Armadas, con las compras sobrevaluadas, la Policía con sus “picoteos”, la Justicia “vendiendo” sentencias complacientes, son algunas de las prácticas de esas instituciones, dignas del mejor tigueraje. Aparte de los “regalos“ que reciben todas.
Por si fuera poco tenemos un tigueraje diplomático, materializado en aquellos funcionarios que cobran tarifas abultadas a los ciudadanos, los que venden pasaportes a extranjeros de forma ilegal, o los que comercializan con indocumentados, con los vehículos exonerados o con las bebidas. Hay “diplomáticos” que obtienen ganancias hasta de los estudios fotográficos que toman las fotos para los documentos, y de las compañías de seguros que venden seguros a los viajeros.
Hay un tíguere-cultural llamados los “asodopicas”, no porque les interese la cultura, sino, que se aprovechan de las actividades en esa área para obtener ventajas, desde bebidas, cenas y almuerzos gratis, hasta regalos como libros vendibles, gorras, embutidos, etc. Estos van a las bibliotecas públicas a consultar los actos del día, y a partir de ahí trazan su recorrido y pasan la información.
A los que se cuelan en las recepciones de embajadas, en las bodas, cumpleaños, y otras actividades privadas de gente desconocida para ellos, se les conoce como “paracaidistas”.
Los grandes supermercados también tienen sus especialistas en tigueraje, ya que se benefician especialmente de las degustaciones gratuitas. Son los “superasodopiqueños”.
Existe un tíguere de “colmadón”, que se pasa todo su tiempo libre, - que es mucho por su propensión a la vagancia - , en ese lugar intentando que alguien le pague la “fría” o cerveza. Es muy sociable y simpático, aparte de saberse muchos cuentos e historias verdaderas o falsas.
El tigueraje es tan dominante que traspasa las barreras sociales de clases, las fronteras y los géneros. ¿O es que la conocida “chica-avión”, esa que “aterriza en todas las pistas”, no es una tiguerona, hecha y derecha? ¿Y qué me dicen de la desaparecida “chica-bíper”?, que recibía el mensaje de sus clientes por medio del radio-localizador, y que ahora tiene celular; o las jóvenes que alardean ante las amigas de tener tres o cuatro “novios”, y los controlan y los ubican por medio del teléfono móvil, llamándolos para saber dónde están, y así se van con el otro en dirección contraria. Todas ellas sacan ventajas de su comportamiento, con este machismo a la inversa.
Y el tigueraje de las cajeras de tiendas de todo tipo, o de los taxistas que nunca tienen cambio suficiente para devolverle al cliente, y siempre redondean en perjuicio de uno.
Los llamados “dueños del país” cobran a los choferes por recoger pasajeros en las rutas que les “pertenecen” a los “sindicatos”, haciendo galas de un tigueraje agresivo, y este es un derecho usurpado al Ayuntamiento.
En el país cada vez se fomenta más la ludopatía, para entretener a la gente y crearles ese vicio, y el tigueraje se encarga de que existan “bancas” de apuestas que evaden los impuestos o que se continúe con las apuestas ilegales y las rifas barriales.
En la frontera con Haití, ahí sí que hay tigueraje, ya que se trafica con todo, desde indocumentados hasta mercancías, pasando por drogas, armas, prostitutas, autos, y lo que usted quiera. También existe mucho tigueraje en los viajes ilegales en yola, cuyos “capitanes” los organizan como si fueran cruceros con avisos públicos, y la última en enterarse es la Marina de Guerra, todo gracias al tigueraje.
En la década de los años 50 del siglo pasado a los aviones que entraban en el espacio aéreo dominicano sin autorización se les obligaba a aterrizar, y ahora en el siglo XXI, la Fuerza Aérea tiene muchos menos aviones que antes, lo cual permite como buenos tígueres, que se produzcan “bombardeos” de droga a diario en el país, y nadie sabe a quién va dirigida. Esto trae a colación el desmantelamiento de la línea aérea dominicana, donde se robaron todo, y nadie ha pedido explicaciones a los tígueres. Eso ha provocado, que nosotros por la ubicación geográfica podríamos ser perfectamente el “hub” del continente, pero el tigueraje interesado no ha permitido que prospere la línea aérea nacional, y esta actitud ha dejado que se beneficien otras aerolíneas extranjeras, y que varios países del área se nos hayan adelantado.
La llamada libertad de prensa aquí casi no tiene sentido, con tantos “periodistas” cobrando de instituciones públicas. Ni tampoco los hits parades de la radio, porque quien no paga la “payola” simplemente no “suena”. Eso ocurre también en los concursos de belleza amañados, en los cuales la que tenga mejor patrocinio para el tigueraje, gana.
Los pobres caballos del hipódromo no son culpables de haber caído en manos del tigueraje, y por eso tienen que soportar toda clase de estímulos, legales e ilegales, porque cada dueño hace lo que le da la gana sin controles, con la intención de ganar a toda costa.
Un tigueraje masivo ocurre en los barrios donde nadie paga por el servicio de energía eléctrica, porque se roban la corriente a pleno día. Tampoco se controla a quienes sustraen metales de todas partes para exportarlos como chatarra.
Esta visión y pinceladas del tigueraje no pueden estar completas, es meramente una panorámica superficial, porque es un proceso dinámico, y además confluyen en el fenómeno todas las corrientes y sucesos sociales, económicos y políticos.
El tigueraje está aquí para quedarse, sencillamente porque la competencia tiende a aumentar por el incremento natural poblacional, y por la inmigración ilegal. En tanto los recursos del estado son despilfarrados inmisericordemente, y la corrupción es cada día más descarada, siendo la mejor aliada del tigueraje, lo cual provoca más estrecheces y que aumente la brecha entre pobres y ricos. Este es el mejor caldo de cultivo para que el tigueraje prolifere, y logre permear todo ¡Es un sálvese quien pueda! Es más, yo me atrevo a afirmar que este país sin tigueraje y sin corrupción ya no funciona.

jueves, noviembre 20, 2008

CICATRICES LUNARES (arte digital: FAUSTINO PÉREZ)

EL “HOLOGRAMA” DE CNN

Por FAUSTINO PÉREZ

Con motivo de las elecciones presidenciales estadounidenses del día 4 de noviembre del 2008, - en las que fue elegido Barack Obama - , la empresa televisiva por cable CNN (Cable News Network), fundada por Ted Turner en 1980 con su base principal en Atlanta, y ahora propiedad de la Time Warner, estrenó una nueva tecnología, que sin lugar a dudas marcará un hito en las telecomunicaciones. CNN siempre se ha caracterizado por sus innovaciones, y por ser una pionera en el campo de las teletransmisiones, y hoy en día es la segunda compañía en el área del mundo, después de la BBC News (British Broadcasting Corporation) de Londres.
Wolf Blitzer, el conocido presentador, y Jessica Yellin, su contraparte, fueron los protagonistas del estreno de un revolucionario sistema de pseudohologramas para entrevistas. Esta tecnología desarrollada por las empresas israelíes, Virzt y SportVu, bajo el liderazgo del vicepresidente senior de CNN David Bohrman, logró “transportar” a Yellin desde Chicago, hasta el plató newyorquino en tres dimensiones, gracias al empleo de 35 cámaras; de tal forma, que los estupefactos televidentes pudieron verla a ella de pie y de cuerpo entero, rodeada de un aura difusa, y parada sobre un círculo lumínico rojo en el suelo.
¿Pero qué es un holograma? En primer lugar, el término holografía se deriva del griego, y está compuesto por: hólos (total o completo), y grafe (escritura o dibujo); y fue inventada en 1947 por el físico húngaro Dennis Gabor, (1900-1979), por cuyos méritos obtuvo el Premio Nobel de física en 1971. Sin embargo, hasta que no se inventa el rayo láser en el 1960, el descubrimiento no avanzó. Los primeros hologramas de objetos de tres dimensiones se hicieron en el 1962 en la entonces Unión Soviética, por Yuri Denisyuk. Otros muchos científicos que no mencionamos han aportado avances a esta tecnología.

En principio el holograma es un proceso fotográfico que tiene tres propiedades básicas, que lo diferencian de una foto normal:
1.- Crea la ilusión de tercera dimensión.
2.- Si se varía el ángulo de visíon del holograma, podrán verse cosas distintas y colores diferentes a los que se veían desde el primer ángulo. Por ejemplo, si yo fotografío a una persona de perfil, sólo le veré en la imagen copiada o en la pantalla del monitor, una oreja; pero en el holograma si uno lo coloca en el ángulo adecuado, podrá ver una oreja y luego la otra.
3.- Si se corta físicamente el holograma original, toda la información visual que estaba en él pasa a las mitades; esto significa que si hay una persona de pie en el holograma original, si se le secciona horizontalmente por la mitad, no sale de cintura hacia abajo en una mitad y de cintura para arriba en la otra; sino, que se repite la figura completa en ambas mitades. Puede darse el caso de que se presenten problemas con las proporciones, pero eso es secundario.

El holograma típico se realiza empleando un rayo láser, y con la ayuda de un divisor de haz se divide el rayo en dos, de tal forma, que uno de de los rayos incide al sujeto que se quiere holografiar por delante, y el otro por detrás, lo cual es recogido en una emulsión especial llamada photoresist. Todo el proceso requiere de mucha estabilidad, o sea, sin apenas vibraciones de ningún tipo.
Hoy en día existen decenas de variantes de los hologramas, incluyendo los preparados con exposiciones múltiples, los cuales aparte de producir la sensación de tridimensionalidad, también provocan la impresión de movimiento; por ejemplo, un karateca lanzando una patada, de tal forma que en el holograma se puede apreciar dicha patada en sus diferentes fases.
Hay otros que son circulares, en lugar de la placa plana, el los cuales el sujeto en dicho holograma se puede ver en 360º; es decir, que si se trata de una persona sentada, por ejemplo, puede ser contemplada de frente, desde cualquiera de sus lados, y de espaldas, sólo con darle la vuelta caminando al holograma. Además, cabe la posibilidad de combinar fotos normales con los hologramas, con lo cual se logran efectos muy curiosos; lo que equivale a un fotomontaje de una imagen bidimensional (la foto), con otra de apariencia tridimensional (el holograma).
Aunque no hemos podido ver con mucho detalle el sistema de transmisión utilizado por CNN, cada una de las 35 cámaras de televisión de alta definición colocadas en el “green room” en forma de un “anillo” circular, y con un fondo de un color específico, en este caso el verde, han dicho que capta un ángulo diferente de la persona, - en el experimento en cuestión Jessica Yellin - , e inevitablemente tendrá que contar un tipo de procesador para “ensamblar” todas esas imágenes captadas, y para eliminar lo que no se desea transmitir. Por otro lado, la tecnología precisa de un sistema que soporte la imagen que se transmite en el mismo set, - si el presentador ha de verla en el estudio -, como podría ser una especie de pantalla transparente, para que se vea “real”, y/o una “cabina” de forma tubular transparente, y/o en el mismo suelo del set de televisión. El halo que se apreciaba alrededor de Yellin, y el círculo rojo en el suelo, podría ser un subefecto – deseado o no, aunque se ha dicho que es deliberado - del sistema de iluminación que provocaba esa “reverberación”, y/o del soporte de la imagen, y/o de la tecnología empleada para la transmisión. Sobre la última fase de la transmisión no han dicho mucho.
Lo que han informado es que al moverse las cámaras en New York, le enviaban la telemetría a las de Chicago, para que proporcionaran el ángulo correspondiente del sujeto, pero eso no explica todo, por supuesto. Se supone que entonces la información recibida y enviada desde Chicago, va directamente al control de New York, y de ahí sale al aire; sin que el presentador del programa vea realmante nada en el estudio, pero actúa como si estuviese contemplando el llamado holograma.
Como se puede apreciar por lo que hemos dicho hasta ahora, el holograma de CNN no es tal, sino, un efecto a todas luces imitativo de un auténtico holograma-holograma, perdonando la redundancia, y por ese motivo le llamé pseudoholograma.

martes, noviembre 18, 2008

MENSAJE DE LAS RUNAS (Arte Digital: FAUSTINO PÉREZ)

El Concepto de Metáfora en Aristóteles

Por Fernando Valdez

El concepto de metáfora en Aristóteles aparece en dos de sus obras clásicas: la Poética y la Retórica. La metáfora pertenece a estos dos campos, tanto a la poética como a la retórica. La metáfora tiene una única estructura; pero con dos funciones: una retórica y otra poética. A su vez, esta dualidad de funciones, en que se expresa la diferencia entre el mundo político de la elocuencia y el mundo poético de la tragedia, traduce una diferencia aún más fundamental. Aristóteles define la retórica como el arte de buscar pruebas. La poesía, en cambio, no pretende probar absolutamente nada; su finalidad es mimética. Nos enfocaremos primordialmente en la Poética para dilucidar el concepto de metáfora aristotélico.

En la Poética Aristóteles define la metáfora como la transposición de un nombre a otro distinto de su significado de origen. La metáfora puede ser por analogía. Otra modalidad de la metáfora es la transposición de género a especie, de la especie al género y de la especie a la especie. Este devenir metafórico, es decir, ir y venir de conceptos y palabras como arte, vale decir, poiesis, producción, reproducción de palabras cumple con una función creativa. El arte radica esencialmente en la creación, en la superación y recreación de la naturaleza por la mano del hombre.

La función de la metáfora en Aristóteles cumple un cometido que no es meramente mimético, en el sentido platónico; la finalidad radica esencialmente en la reproducción o creación artística –auténtica, en términos nietzcheanos- que se vincula aquí con un nuevo concepto de mimésis, acuñado por Aristóteles.
Desde luego, la mimesis es la imitación de la realidad y, en la tradición griega el arte tiende a imitar la naturaleza como objetivo esencial. Aristóteles inicia su obra distinguiendo los diferentes géneros de arte por los medios, es decir, por los medios de imitación y por el modo, es decir, por el modo de imitación. Existe todavía una tercera vía de imitación que coincide con el objeto. Esas tres vías identifican la imitación en el arte: los medios, los objetos y el modo.

Así, Aristóteles señala que Sófocles es, en un sentido, un imitador de la misma clase que Homero, pues ambos imitan a personas dignas, pero, en otro sentido, es igual a Aristófanes, pues ambos imitan a personas que actúan y obran. Para Aristóteles lo más importante en la poesía, ya sea la de Sófocles, la de Aristófanes o la de Homero, es “construir bien metáforas”, y luego añade “hacer bien las metáforas es contemplar lo semejante”, lo semejante aquí es lo mimético.

Cabe destacar que el proceso mimético aludido por platón difiere de la mimesis permitida por Aristóteles. Para Platón la perfección de la mimesis reside en ser copia fidedigna de la realidad. Aristóteles pretende que el arte de hacer metáforas cruce la frontera de la mera representación y se vincule a la poiesis, a la recreación y reproducción de la naturaleza. Y así de modo contrario a Platón, la metáfora aspira a superar y perfeccionar la naturaleza.

Aunque Aristóteles subrayó que las cosas referentes al pensamiento y la elocución están tratadas en la retórica, pues son más propias de aquella disciplina, abordó de manera elemental el discurrir de la metáfora en el arte poético. Aristóteles entiende que el arte de la tragedia remite al recurso metafórico; componer una buena tragedia es apelar a las metáforas audaces y pertinentes sobre las acciones que imitan la piedad, la ira, el rencor, los celos, etc. Aristóteles conecta las actuaciones dramáticas de los personajes con el discurso que provee la fábula en la obra.

Sin embargo, hay que agregar que la metáfora como imitación debe tender a la verosimilitud. Por esta razón, Aristóteles en la Poética emprende un análisis lingüístico de tipo sintáctico que le convierte en pionero. El autor dilucida el uso de las articulaciones fonéticas del habla: letra, silaba, la conjunción, el nombre, el verbo, el artículo, el caso y la oración, y según él mismo, estas partes constituyen toda elocución. Confiesa implícitamente la ambigüedad generada por los términos del lenguaje. De aquí, que Aristóteles intente conciliar la verosimilitud de las metáforas atendiendo al dilema del fenómeno multivoco del lenguaje. El auténtico examen de la metáfora y de todo discurso con pretensión de verosimilitud, inicia en Aristóteles, pues, con la palabra, cuyas dimensiones verbales y nominales constituyen voces significativas.

Es capital la dilucidación de las articulaciones fonéticas del habla o de los componentes de la lexis, en términos de Ricoeur, que Aristóteles refiere en la Poética. Si bien las metáforas fundamentalmente sustituyen nombres, es el nombre la primera unidad significativa. Ninguna otra articulación fonética (sílaba –monema, fonema-, conjunción, letra, artículo) del habla tiene la distinción de ser voz significativa, más que el propio nombre. Y de hecho, la verosimilitud de la metáfora exige la sustitución más conveniente del nombre como techné o recurso del poeta.

El nombre como voz significativa pierde su carácter de significación si se divide según las partes que lo conforman (monema, fonema, letra, sílaba). Razón de ello es que Aristóteles definió el nombre como voz compuesta, ninguna de cuya partes es significativa de por sí. Además, todo nombre es corriente o dialectal, o metafórico, o de ornato, o formado por el autor, o largado, o apocopado, o transformado. Y el autor precisa, la metáfora es “trasposición de un nombre a otro”, cumple así una función heurística de re-descripción (Ricoeur 2001).

“La virtud de la elocución consiste en ser clara sin ser prosaica. La más clara es la que se compone de nombres corrientes, pero resulta entonces prosaica (…). En cambio la elocución es digna y se aparta de lo vulgar cuando se sirve de términos extraños. Llamó término extraño a la palabra dialectal, a la metáfora, al alargamiento y a todo lo que no sea de uso corriente” (Aristóteles 1959). El dilema del arte como creación nos presenta el riesgo de la verosimilitud ante la belleza de la elocuencia. Epistemología ante estética. Que la poesía resulté prosaica o elocuente, que sea verosímil o una simple ficción es tarea de la techné metafórica. Aristóteles acusa el uso excesivo del recurso metafórico aludiendo a los enigmas que devienen de este arte y cuestiona ejemplos del mismo. Acusa, del mismo modo, a poetas como Cleofón por el uso excesivo de términos prosaicos y califica el resultado de este arte como un barbarismo. Y resume su sentencia “el hacer bien metáforas es contemplar lo semejante”, es decir, acceder a la mimesis, a la imitación, a lo verosímil. Para ello, el poeta debe dominar las reglas técnicas y estilos de escrituras; las diferentes formas de construir metáforas o de transponer los nombres.

La transposición nominal desplegada por la metáfora acuñada por Aristóteles opera de género a especie, de especie a género, de especie a especie, o por analogía. Así lo universal de la tragedia se puede sustraer a lo particular de la metáfora y viceversa. Un ejemplo de metáfora, de especie a género es: “Ulises realizó mil cosas nobles”, en lugar de “Ulises realizó muchas cosas nobles”. Es comprensible el tipo de fábula de la referida metáfora sobre la virtud del personaje.

Algunos autores alegan que si se afecta una sola palabra, la metáfora, tiene que alterar todo un sistema mediante una atribución aberrante. De hecho, siempre hay una especie de anfibología, al tomar una cosa por otra. El consejo de Aristóteles a todo poeta consiste, no sólo, en que este domine las reglas, sino, en que en él predomine la búsqueda de lo semejante, es decir, de lo verosímil, de lo mimético. Es por lo tanto, el recurso de la metáfora en el arte, lo que permite la trilogía griega: “mimesis-verosimilitud-catarsis”. Una buena construcción metafórica despliega, por lo demás, una buena fábula y permite en la composición de la tragedia la adecuada coherencia entre nudo y desenlace. Como techné y estilo de escritura del poeta la metáfora aplicada a cualquier género permite unir claridad y elocuencia.

Bibliografía


Aristóteles. “Poética”. Emece Editores, Buenos Aires. 1959. Traducción de Eilhard Schlesinger.


Aristóteles. “La Retórica”. Alianza Editorial, (El libro de Bolsillo BT8204), Madrid, 1998. Nueva traducción, que sigue la edición de Kassel, 1976.


Ricoeur, Paul. La Metáfora Viva. Editorial Trotta, S.A. Madrid 2001. Traducción de Agustín Neira.

viernes, noviembre 14, 2008

BAILARINA DE BAYAHIBE (fotomontaje: FAUSTINO PÉREZ)

LAS CINCO PATAS DE LA MESA CULTURAL DOMINICANA

Por FAUSTINO PÉREZ


La mesa cultural dominicana tiene exactamente cinco patas, no son tres, ni tampoco cuatro como es lo normal, son ineludiblemente cinco. Resulta sorprendente que en un país con tantas arritmias en su historia, existan al menos cinco constantes que han permanecido invariables desde hace también cinco siglos, y ya están tan arraigadas culturalmente hablando, que a nosotros prácticamente nos parecen normales, y apenas nos percatamos de ello. Es todo un contraste, y a la vez pica la curiosidad saber el porqué.
Para ello tenemos que remontarnos justo al 1492 cuando Cristobal Colón llegó a estas tierras y lo primero que hizo fue tomar posesión de ellas, y establecer unos privilegios para la monarquía y para la iglesia católica; lo que creó, de entrada, fueron unas castas perfectamente diferenciadas, ya que los más favorecidos tenían una serie de privilegios, favoritismos, inmunidades, consentimientos y caprichos; incluyendo, al propio navegante, por supuesto. He ahí la primera pata: los favoritismos.Cuando el dominicano de hoy le espeta al guardia que le va a poner una multa: “¿Usted sabe quién soy yo?”; está aludiendo o insinuando que él pertenece a una “casta” de intocables y por eso esgrime sus supuestos privilegios. Es que la impunidad es muy buena y útil, sobre todo, en un país donde las cárceles tienen tantas precariedades, y en la práctica son un mecanismo de opresión clasista, elitista, y económica.
Naturalmente, que la conquista y el establecimiento de las castas se hizo a sangre y fuego, entonces, no es de extrañar que nunca en nuestra historia haya faltado la crueldad y la tortura; evidentemente con estilos diferentes. En el período colonial se podía asar literalmente al indio como castigo, como si fuera un cerdo, o se le podía arrastrar con caballos hasta desmembrarlo, y esas prácticas eran cotidianas. No es de extrañar los suicidios colectivos que se escenificaron entre los aborígenes.
Ya para el siglo XX, por ejemplo, muchos historiadores sostienen que cuando gobernó Balaguer, fueron eliminados físicamente en porcentaje, más adversarios que cuando Trujillo, en términos comparativos, y tomando en consideración el aumento poblacional. Es probable que esa criba se debiera básicamente a intereses externos, algo difícil de probar, pero es muy probable. De todas maneras, no era raro ver por la televisión al Presidente Balaguer ponderando y alabando las virtudes del asesinado, achacándoselo a las “fuerzas incontrolables”, en su discurso, o a la lucha contra la insurgencia. Esta es la segunda pata: la crueldad y la tortura. Es preciso aclarar que no se puede juzgar a cabalidad lo que sucedió en una época, teniendo en cuenta los criterios predominantes de otra.
Por otro lado, los que acompañaban al mal llamado “descubridor”, - porque por el mismo razonamiento, se podría argumentar que los aborígenes descubrieron al caucasiano, y no lo contrario - , eran aventureros y/o delincuentes sedientos de riquezas. Su ambición máxima era encontrar el Gran Dorado. Los indígenas nativos, quienes vivían esencialmente de la silvicultura y en armonía con la naturaleza, - aunque por igual tenían sus conflictos entre ellos - , nunca pudieron comprender ni asimilar, esa ambición desmedida. Al ser obligados a trabajar para extraer el máximo de riquezas de la tierra, sólo tenían dos opciones: la desgana y/o la muerte. Por esa actitud fatalista fueron tildados de vagos y holgazanes, y su número ya empezaba a declinar alarmantemente, al ser sometidos a trabajos forzados; empero, como esa ambición y codicia seguían espoleando a los forasteros, quienes estaban animados, e incluso, entusiasmados por los indicios que habían encontrado, recurrieron a la importación de esclavos del África negra, quienes fueron brutalmente reprimidos en sus lenguas y costumbres; además, eran salvajemente transportados con la nostalgia de aquel que es trasladado sin su consentimiento a un lugar desconocido, y traumatizado por un viaje en condiciones inenarrables, sin importar cuantos muriesen en la travesía. Al provenir de etnias diferentes de África y al ser traídos a un lugar ignoto, eso creó una gran confusión y pesimismo, aparte ya de una sensación de no saber quién se era, y eso trajo como consecuencia la impresión de no-identidad, que se convirtió en la propia identidad, valga la redundancia; y ese es precisamente el común denominador de las cinco patas, que empezó a gestarse desde el mismo inicio de la importación de esclavos en la colonia.Tanto el trabajo forzoso, así como también la trata de esclavos, se prestaban mucho a prácticas turbias, y más aún cuando se trataba de esclavistas con pocos escrúpulos. De ahí proviene la tercera pata cultural, algo que parece ser inherente en el ser humano, pero que aquí se exacerbó por las razones expuestas: la codicia y la corrupción.Así los privilegiados y/o ambiciosos empezaron a reforzar el servilismo entre aquellos esclavos que fueron traídos, concediéndoles algunas ventajas a los que se rebajaban, quienes obviamente casi nunca eran los más capaces. De esa manera, los que menos se rebelaban y se enfrentaban, eran adulones, y sumisos, tenían más probabilidades de sobrevivir y de llevar una vida más cómoda, si cabe. Es más, ese sujeto era capaz de someter a latigazos a sus propios hermanos con tal de obtener ventajas para él. Y a la esclava que era complaciente sexualmente, también se le concedían algunos privilegios. Al amo le convenía ese servilismo para tenerlos dominados, porque los esclavos eran superiores en número. No es de extrañar que de ahí haya surgido la falta de responsabilidad y formalidad que nos caracteriza, porque no se premiaba al competente y eficiente, y de que nuestras “instituciones” sean tan poco serias; ya que el servil y adulón lo que está es pendiente de halagar al poderoso, por encima de toda ética y norma. Esta es la cuarta pata: la adulonería y la lisonja. Aquí tenemos verdaderos “artistas" en esta categoría.
En nuestra historia reciente basta con recordar a los lisonjeros, que les llevaban sus hijas y esposas a los Trujillo, con tal de conseguir cargos y otras ventajas sociales. Hubo gente que hasta se arrodilló delante del tirano, y no digamos nada de los discursos y poemas laudatorios, entre otras muchas maneras de adular.
En la burocracia criolla, cuando esos adulones llegan a los cargos, lo típico es que tengan la autoestima baja, entonces se rodean de decenas de adulones - de esos que cobran pero no trabajan - , para sentirse importantes. Hay que admitir que muchas veces hay adulones que se acercan al funcionario sin que los llamen.
Naturalmente, que los resentidos de abajo, aquellos que sufrían la carga más pesada del trabajo se sentían discriminados, y su resentimiento lo mostraban por detrás del amo y cultivaban el chisme, la maledicencia, la calumnia, la crítica destructiva y corrosiva, el rumor, y en último caso extremo, la rebeldía y la escapatoria, y de ahí surge el llamado cimarronaje. De paso se mofaban y burlaban de sus hermanos que sufrían más que ellos, como una manera de zaherir; y de los dueños también, pero sin que se dieran cuenta. Es decir, todas las variantes de lo que yo denomino como Comunicación Negra, o Comunicación Sucia, o bien, Comunicación Negativa. Esta es la quinta pata.

viernes, noviembre 07, 2008

PALOMAS DEL PARQUE COLÓN (foto: FAUSTINO PÉREZ)

LAS SIETE MARAVILLAS DE LA CIUDAD DE SANTO DOMINGO (2)

LA CATEDRAL PRIMADA DE AMÉRICA Y SU ENTORNO
(http://www.wikidominicana.edu.do/wiki/Catedral_Primada_de_Am%C3%A9rica)

Por FAUSTINO PÉREZ

La edificación colonial más emblemática de la ciudad de Santo Domingo, es sin lugar a dudas, la Catedral Primada de América: Santa María de la Concepción. Construida por los conquistadores encima de una Plaza Ceremonial indígena, con la finalidad de resemantizar el lugar; se sabe por los documentos eclesiásticos que tardaron decenas de años en terminarla; aunque esto es relativo, porque todavía casi siempre la están “retocando” y restaurando.
Su entrada principal es de estilo plateresco, pero cuenta también con dos puertas de estilo gótico, y catorce capillas. En el 1586 sufrió el saqueo inmisericorde y cuantiosos daños por parte de las hordas del pirata inglés Francis Drake; incluso, en su techo tiene una bola de cañón, visible desde el Parque Colón, supuestamente disparada desde una de las naves de Drake, según la leyenda. Pero estos hechos históricos son tan sólo pinceladas superficiales en su extenso anecdotario. Por ejemplo, esta vetusta catedral ya ha soportado impertérrita, de la misma forma, innumerables huracanes violentos, terremotos, y otros fenómenos y avatares, en todos estos siglos.
Este monumento de trascendencia universal, en la llamada Zona, o Ciudad Colonial, de Santo Domingo, tiene en su cara norte al concurrido Parque Colón, y éste a su vez es limitado en el mismo costado por la conocida Calle de El Conde, el paseo peatonal por excelencia de los capitaleños o habitantes de esta urbe. La Zona Colonial de Santo Domingo fue declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, en 1990.
Este parque es diferente de otras plazas latinoamericanas, porque, en primer lugar es más pequeño, y esa característica lo convierte en un espacio más recoleto, o si se prefiere cuasi provinciano, lo cual no quiere decir que esté vacío; sin embargo, no es precisamente un centro neurálgico del país entero como sucede con el inmenso Zócalo de Ciudad de México, en el cual se reflejan múltiples actividades, incluyendo las protestas y reinvindicaciones políticas, aparte de todos los problemas del país. Tampoco posee la monumentalidad, ni las fuentes, ni mucho menos los espacios con tierra batida de la Plaza del Congreso de Buenos Aires; el nuestro cuenta con algunos árboles, incluyendo unos pocos que son muy frondosos, lo cual difiere de la gran Plaza de Bolívar de Bogotá que no posee ninguno, o de la armónica y florida Plaza de Armas de Lima; pero sin llegar, ni por asomo, a la exuberancia en la vegetación de la Plaza de la República de Sao Paulo. En cambio, se parece en cuanto a su ambiente se refiere, un poco más, a la Plaza Bolívar de Caracas, naturalmente con un entorno distinto, y con menos árboles.
Aparte del monumento al Descubridor, de las palomas que tanto abundan, de unos cuantos perros callejeros aburridos, llamados popularmente perros “viralatas”, de los vendedores ambulantes, y de los niños correteando, el Parque Colón recibe visitantes de prácticamente todos los barrios de la ciudad, atraídos por su entorno colonial, y por los aires que por ahí se respiran. No es raro ver grupos de amigos que se reunen con frecuencia en sus peñas; inclusive, algunos lo hacen a diario, exceptuando los días de lluvia, o condicionados por problemas políticos serios, que por suerte no son frecuentes. Existe una peña muy cerrada de pseudodiletantes conocida como los de ASODOPICA, (http://asodopica.blogspot.com/), quienes intentan disfrutar de todos los aperitivos y bebidas gratuitas de las exposiciones que se celebran en las numerosas galerías de arte de la zona. Pero lo mismo se cuelan en las bodas, en las fiestas privadas, presentaciones de libros, recepciones de embajadas, degustaciones de los supermercados, etc., siempre con la misma intención y sin importar dónde se celebren.
En ese parque lo mismo se puede conversar con una abuela acompañada de sus nietos, que con un líder político, un comentarista deportivo, unas amigas de paseo, un profesor universitario, un vendedor de maíz para las palomas, o un miembro de la Academia de la Lengua; un vago consuetudinario, uno que vende películas pirateadas, un guitarrista que espera su oportunidad, un militar cansado, un rockero trasnochado, o un dibujante haciendo su práctica, o bien, un extranjero residente, quienes son conocidos como “aplatanados”…entremezclados entre ese conjunto tan variopinto, aparecen los niños lustradores de calzado ofreciendo sus servicios.
En ese entorno se han filmado largometrajes los cuales atraen mucho la atención del los visitantes al parque; y no es para menos, porque por ahí se ha visto a la pareja formada por Angelina Jolie y Brad Pitt, y al cubano-norteamericano Andy García, entre otras figuras.
Este parque también tiene su lugar en la historia, ya que se han organizado mítines famosos, con políticos de la talla de Juan Bosch, y varios papas de visita a la ciudad han bendecido a la multitud desde los balcones de la catedral. Desde la óptica religiosa, varias procesiones que parten de las iglesias del período colonial de la zona, pueden verse desde la plaza, en especial en Semana Santa; y los tan esperados Reyes Magos también desfilan en la víspera del Día de Reyes. Los grupúsculos que quedan de los Hare Krishna, no se quedan atrás, y suelen venir los fines de semana por la calle El Conde, hasta el parque, al ritmo de sus cánticos.
En un día normal, sin nada extraordinario en la agenda, los turistas se “adueñan” prácticamente del espacio por las mañanas, liderados por los guías turísticos; me refiero en especial a los visitantes que llegan en los cruceros que atracan en el puerto cercano del río Ozama. Claro está, que no alcanzamos ni en lo más mínimo, al nivel de la afluencia turística de New York, o del Vaticano, ni mucho menos de París, o Madrid en verano; no obstante, el turismo se percibe por sus visitas en grupo a los monumentos, por sus compras en las tiendas de souvenirs de los alrededores, y por su afluencia a las cafeterías de área.
Por las tardes y por las noches hacen su aparición algunas chicas noctámbulas, quienes no andan vagando, sino en busca de clientes. A las mismas horas que ellas, salen también los gays, unos pocos travestis, y los de las “tribus urbanas” locales. Todos ellos entremezclados con los que andan de compras.
En la esquina noroeste del parque, concretamente en la esquina de la calle de El Conde peatonal y la calle Arzobispo Meriño, la que pasa por la fachada principal de la catedral, se encuentra el Hotel-Restaurant El Conde, conocido entre los habitues como el “Palacio de la Esquizofrenia”. En ese local ya tradicional, con sus mesas al aire libre próximas a un árbol generoso, acude todo tipo de público dependiendo de la hora; sin embargo, los sábados por la mañana y los días laborables por las tardes y por las noches, son las mejores horas para pillar a los artistas pintores, a los poetas, y demás escritores e intelectuales, que suelen frecuentar ese lugar tan emblemático. Es difícil a estas alturas precisar quién bautizó el local con ese apelativo, probablemente fue una idea del fallecido poeta Carlos Gómez Doorly, y hay quienes afirman que la dio el pintor Eddy García. De todas formas, quizá el primero que empezó a emplear ese apelativo cariñoso en la prensa escrita fue el escritor Rubén Echavarría.
Ahí se destruyen reputaciones y famas con la misma facilidad conque los interesados pretenden crearlas, todo ello espoleado por las rivalidades, enemistades, envidias, amistades, e intereses diversos, que sólo los artistas y escritores comprenden.
No es raro ver a un amigo o conocido fumándose un puro, y conversando simultáneamente en ese ambiente, mientras consume cualquier aperitivo.
De la misma manera, periódicamente aparecen sorpresivamente políticos famosos y personalidades extranjeras como Bill Clinton acompañado de Óscar de la Renta, o cualquier dirigente foráneo como Raúl Reyes el asesinado líder de las FARC colombianas, o el entonces presidente mexicano Vicente Fox, que se encuentre de visita en el país.
Justo enfrente del parque, es decir, paralelamente a su parte central, está el Hard Rock Café, la famosa franquicia internacional, conocido por lo bajo como el “jarro café”; donde presentan periódicamente espectáculos en vivo, decorado con la parafernalia típica de esos locales. Este café-restaurante atrae gente de los sectores con mayor poder adquisitivo de la ciudad. En sus cercanías suele colocarse un predicador con su megáfono, perteneciente a una de esas tantas iglesias, es especial, los sábados por la tarde.
Si nos desplazamos hacia el este en la misma calle de El Conde, existen otros establecimientos que expenden bebidas y sirven comidas; no obstante, en medio del primer bloque de la vía, al lado del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos, y antes de llegar a la calle de Las Damas, a la Academia de Ciencias y a la Embajada de Francia, sobresale el popular bar Segafredo, que también tiene mesas en la calle peatonal.
Al principio de la calle El Conde hay una escalinata que sube desde la Avenida del Puerto.
En cambio, si nos movemos en sentido oeste, regresamos al parque Colón, y podemos ir de compras por El Conde peatonal. Esta calle le sirvió en su época – es preciso aclararlo - al famoso playboy dominicano Porfirio Rubirosa, para piropear a las muchachas, y en definitiva, como un “campo” de entrenamiento personal para sus devaneos, aunque en ese tiempo no era peatonal. Estamos hablando de la década de los años 20, del siglo XX.
En el período de Trujillo también paseaban por esa calle los dictadores depuestos, Fulgencio Batista de Cuba, Juan Domingo Perón de Argentina, Marcos Pérez-Jiménez de Venezuela, y otros más.
De los aproximadamente 200 000 húngaros que se vieron obligados a abandonar su país a raíz de los levantamientos populares del 1956, y la subsiguiente invasión soviética para aplastar la revuelta, varios centenares de exiliados lograron llegar a Santo Domingo, y una de las primeras actividades que organizaron fue un desfile por la calle El Conde. Motivados por la Guerra Civil española del 1936, habían llegado veinte años antes los exiliados españoles, quienes nos dejaron un gran legado cultural, en especial en las artes en general, y en la pintura, la escultura y el dibujo, en particular; aparte de su influencia en la música. Todos estos expatriados paseaban por El Conde. Entre ellos estaba el profesor Jesús de Galíndez, quien sin ser artista ni músico, y después de servir al tirano y a su familia, se enemistó y se marchó a New York, desde donde fue secuestrado en el 1956 por agentes de Trujillo, cuando se dirigía a su apartamento. Las peripecias que le sucedieron han dado pie a numerosas especulaciones, películas y novelas, incluso, y lo único cierto es que no se supo nada más de él.
Durante la revuelta del 1965, el General Francis Caamaño, líder rebelde, tuvo su cuartel general en esta calle. La zona en su totalidad fue acordonada por los marines de intervención estadounidense.
Ya para el decenio de los 90 del siglo pasado, no era extraño contemplar a varios dirigentes separatistas vascos de la ETA, quienes se encontraban exiliados en el país, tomando café tranquilamente en una de las cafeterías.
Tarde o temprano, las más relevantes modas del mundo aparecen en la Calle de El Conde, para deleite y sorpresa de sus paseantes habituales, porque El Conde peatonal es como una gran pasarela de las chicas exhibicionistas y de su público admirador. ¡Tal para cual!